domingo, 31 de enero de 2010

Capítulo II: Primera Salida Por Madrid

Después de los grandes éxitos de la semana como "Juanan, compra alcahuciles", "no sin mi crema hidratante" y "hablas como los Morancos" llegó la primera salida por Madrid. Mucho me temo que hasta que no haga el curso de policies no sé hasta dónde puedo contar de lo que realmente estoy haciendo aquí. Pero bueno, mientras tanto podemos comentar el (poco) tiempo libre a ritmo de un menta poleo hecho con mi fabulosa kettle.

Hoy introducimos a nuestra nueva amiga Marina, una cordobesa que tiene una harta' de reir encima, con la cual quedamos para ir al centro comercial Plenilunio. Para que nos hagamos una idea, sin dar números exactos, es alrededor del triple que el Nervión Plaza. 2.700 plazas de aparcamiento creo que no son pocas. Aún no me acostumbro a esta ciudad titánica, que a pesar de que Wikipedia diga que tiene la misma densidad de población que mi ciudad de nacimiento, yo garantizo que es imposible abrir los brazos y no darle a alguien. Vamos, que incluso si lo hago en el piso le saco un ojo a Patri. Intentemos no irnos por las ramas. Plenilunio. Yo, Juan Antonio Becerra, me he conformado (utilicémoslo como sinónimo de hartado) con ver dos tiendas. Dos tiendas en una tarde. Quien haya venido conmigo de tiendas sabrá de lo que hablo. Es que Madrid es mucho Madrid.


Hoy ha tocado de cenar Kebab (o Kebap, como ponía en la carta) en el centro comercial Diversia. La verdad es que está bien, es un sitio bastante agradable, moderno y futurista con parada de metro cerca. ¿Qué más podemos pedir?


El local de copas han sido todo un descubrimiento, El Chambao en la calle Manuela Malasaña. Alguno con letras raras en su nombre disfrutaría bastante allí. Es un sitio bastante recogidito, barato hablando de Madrid y con mucho encanto. Mojitos deluxe.

A pesar de que la entrada de hoy parezca un comentario crítico a lo Guía Michelín, espero que sirva de incentivo para visitar nuestra humilde morada. Lo repito por enésima vez en la noche: ¡Madrid está muy guay!.

Me despido por hoy (es ya bastante tarde y Patri lleva dormida un buen rato) comentando una frase publicitaria de un folleto que nos ha llegado que me ha parecido graciosa: "gratis con tu pedido nuestra nueva galleta de la fortuna, más crujiente y con mejores deseos".

miércoles, 27 de enero de 2010

Capítulo I: Madrid no está tan lejos...


...de Sevilla. Es el consuelo que intentan darte todas tus personas queridas cuando te despides. Quizá no son más que 600 kilómetros mal contados, pero son los suficientes para significar un cambio de dimensión. Atrás quedan cinco añitos en la ESI, acceso directo para trabajar en Madrid. Pero eso no es lo que me interesa contar hoy.

Como nuevo proyecto, a forma de diario (no tiene nada que ver con la periodicidad con la que pienso escribir) "público" voy a ir escribiendo mis reflexiones. Nunca he querido tener un blog. Me parece el tipo de propósito que tarde o temprano acabas abandonando y que acaba siendo frustrante no poder trabajar con él. A ver qué tal se me dá.

Hoy comenzamos con la valoración de mi último periodo. En septiembre de 2004 comienzo Ingeniero de Telecomunicación en la Universidad de Sevilla. El primer día de clase mi querida Alba me pone un mote: Cokito. Desde entonces empiezo a ser Juanan para todo el mundo y Cokito para Alba.

Para mí, los que han marcado la diferencia cada año de la carrera han sido mis compañeros, algunos de ellos grandes amigos hoy en día. Ellos junto a mi familia son los que han hecho que no me vuelva (del todo) loco y que hoy sea lo que soy. Poco a poco mi carácter se fué formando y empecé a tener las cosas claras y a saber qué quería.

Ala, creo que ya está bien por hoy. No pretendo escribir tochos "infumables". Ya me diréis que os parece esta nueva iniciativa.