domingo, 7 de marzo de 2010

Capítulo IV: Valorando Mucho El Tiempo Libre

Ya va todo mucho mejor. Decir que me ha costado bastante trabajo hacerme de nuevo a una rutina (y vaya rutinita) es poco. Supongo que esos días en los que me reía con Hadriano diciendo que estábamos en la fase oculta de la vida en la que ni se estudia ni se trabaja han pasado factura. ¡Y mira que tenía el ritmo cogido este verano estudiándome los pasos de mensajes! Pero bueno, ya pasó. Volvemos a ver el lado positivo de las cosas. De todas formas os dejo un par de citas que me han dicho para animarme que me parecen muy buenas.

Trabajo, la misma palabra lo dice: trabajo.
(Mr. Becerra Senior)
Si te pagan por trabajar, no puede ser bueno.
 (Mr. Rivera Senior)

Cada vez me siento más sevillano. Supongo que será porque desde que he llegado aquí es algo que me caracteriza. Creo que ninguna de las personas que estuvieran conmigo en el día a día antes de enero me llamarían por "Juanan el sevillano". Pero es que aquí es lo que soy. Y resulta que -por lo visto- tengo el acento mu' marcao. 

Las dos primeras semanas empecé a darme cuenta de que la gente no me entendía al hablar. Me refiero a que no me entendían cómodamente. Así que empecé a esforzarme un poco trabajando mi dicción. El resultado fué que empecé a sentirme muy incómodo porque no era capaz de expresar mis ideas a la velocidad a la que estaba acostumbrado. Sigo manteniendo mi postura: uno de los grandes avances de la forma del hablar del sur es que somos capaces de transmitir más información en menos tiempo. Y eso se llama eficiencia. Así que opté por ser más eficiente y empezó a darme igual todo.

Es normal que en sitios diferentes se hable de manera diferente. Poco a poco he ido descubriendo que hay palabras que para mí son muy normales y que "los de fuera" no entienden. Voy a escribir varias frases con  palabras con su significado habitual para que me comentéis cuál pensáis que es el "problema". Lo propongo como juego, a ver si así le podemos dar un poco de interactividad a esto.
  1. ¡Camarero! ¡Unas avellanitas!
  2. Traeme un par de alfileres para colgar la ropa en el tendedero.
  3. Me gustaría pintar este testero de color diferente al resto.
  4. Me hace falta un trompo y una broca del cinco.
  5. ¡Si es que no me echas cuenta! ¡Te lo acabo de decir!
  6. Échate una mijita de Nivea.
Bueno, ya me contáis. Si no os apetece comentar, no os preocupéis. Cada vez que me decís algo del blog me pongo muy contento. (Estamos mu contentos... jajaja)